La Mini Transat en La Palma: resiliencia y solidaridad.

La Mini Transat en La Palma: resiliencia y solidaridad.

87 regatistas de la famosa Mini Transat se encuentran atracados en la Marina de La Palma en las Islas Canarias. De una flota original de 90 barcos, éstos 87 completaron la dura primera etapa desde Sables d'Olonne; a pesar de unos fuertes frentes e incluso algunos ataques de orcas.

Las ligeras cenizas procedentes de la erupción del volcán Cumbre Vieja, al otro lado de la isla, en la que salen dramáticos penachos de fuego de las diversas aberturas y las columnas de humo alcanzan unos 4 km en el cielo, caen ocasionalmente sobre la isla, cubriendo los barcos con una escarcha negra. Esto puede ser especialmente problemático si estos diminutos fragmentos se introducen en los cabrestantes o en los instrumentos, pero los patrones del puerto deportivo se mostraron relativamente optimistas, tomando precauciones con cubiertas cuando era necesario, utilizando sopladores de hojas para desplazar el polvo.

Es difícil comprender lo extraordinaria que es esta regata y la pasión que genera el evento, que da lugar a un enorme nivel de interés y a una multitud de voluntarios que ofrecen su ayuda. Hablamos de los barcos más pequeños de las regatas oceánicas con algunas de las historias más grandes. Es la regata que puede lanzar carreras y cambiar vidas, un crisol de diseño y un modelo de adversidad humana.

La Mini Transat es tal vez más conocida por "l'esprit Mini", una cultura de camaradería y cooperación en nombre de la navegación oceánica extrema, en la que los patrones se reúnen para ayudarse mutuamente en las reparaciones y en la que, a veces, se donan piezas de repuesto y equipos esenciales minutos antes de la salida, con un riesgo personal considerable, para evitar que otros competidores tengan que retirarse. Sin embargo, llegar a la línea de salida es un maratón en sí mismo, ya que a pesar de ser una transat relativamente accesible en cuanto a costes, sigue siendo necesario obtener patrocinio para comprar los barcos, equiparlos y pagar los gastos adicionales. El clima actual, en el que las empresas luchan por levantarse después de la COVID, ha hecho que algunos patrones tengan que ser creativos, utilizando opciones como el crowdfunding para financiar sus campañas.

Encontrar espacio para una amplia flota de regatas, 11 embarcaciones de seguridad de acompañamiento y un ejército de semirrígidas para casi todo un mes durante la temporada alta en Canarias no es tarea fácil; sin embargo, los actuales organizadores: Korrigan, se enamoraron de La Palma, reconociendo un espíritu comunitario que encajaba perfectamente con la cultura de la regata.

La Cumbre Vieja, que se convirtió en un rumor durante los preparativos de la carrera, entró finalmente en erupción justo antes de la salida de la carrera, creando un caos potencial. Con una línea de llegada al norte de las islas para que en caso de que fuera necesario desviarse puediesen hacerlo con facilidad. Marc Chopin, el organizador de la carrera, explicó que tras haber hablado con el equipo de respuesta a emergencias volcánicas de las islas y haber discutido la situación, continuar hasta La Palma fue una decisión fácil: "La vida tiene que continuar en momentos como éste, no puedes retirarte sin más. Era importante para nosotros mostrar nuestra solidaridad".

Preocupados por las personas que han perdido todo y tras preguntar al gobierno insular cómo podían ayudar, los patrones de Mini se han dedicado a limpiar de cenizas los patios de los colegios, para que los niños puedan hacer sus recreos al aire libre. También han invitado a los niños especialmente afectados por la erupción a navegar con la flota en el tradicional "prólogo", una regata amistosa previa en aguas locales, que da a los patrones la oportunidad de volver a navegar, conectar con la gente del lugar y probar cualquier reparación antes de la salida dentro de una semana.

Esta hermosa reserva de la biosfera es un maravilloso ejemplo de la filosofía del hombre y la biosfera, con un paisaje impresionante, con rutas de visitantes mantenidas por una administración eficaz y cuidadosamente equilibrada. La Palma ha vivido erupciones volcánicas, ataques de piratas, colonización, tormentas, incendios forestales, terremotos, sequías e inundaciones, todo ello dentro de la memoria cultural de la isla, y sin embargo los visitantes darán fe de un pueblo amable, abierto y generoso. La resiliencia se ha convertido casi en una palabra de moda en los últimos tiempos, pero aquí, en medio de una catástrofe natural, el sentimiento de solidaridad y determinación es palpable. Es una lección de humildad.