Una comunidad náutica exitosa, que logra atraer y sostener cada uno de los componentes necesarios para satisfacer las necesidades de los navegantes, los visitantes y los residentes (servicios de reparación, tiendas de efectos navales, escuelas náuticas, servicios de aprovisionamiento, hostelería, servicios de transporte, opciones deportivas y de ocio, etc.), está mucho mejor predispuesta a optimizar la experiencia del cliente.
Si se da un paso más, si se alienta a esos interesados a colaborar como comunidad, compartiendo aptitudes y mejorando sus servicios mediante la interacción y las actividades complementarias, es probable que logren mucho más que una sola unidad que trabaje sola y sean más resistentes a las amenazas externas.
Las empresas y los grupos locales vinculados al sector comparten un objetivo; todos ellos dependen de la disponibilidad continua (acceso a) y la salud de los activos existentes. Por lo tanto, es evidente que al grupo le interesa establecer objetivos colectivos y planificar estrategias para alcanzar esos objetivos como una unidad armoniosa.
El aumento del nivel de comprensión de la cultura empresarial, los objetivos y la metodología de cada uno de ellos, crea una red de mayor apoyo y ayuda a identificar nuevas oportunidades sinérgicas. Desde acciones simples como la promoción recíproca, hasta aspiraciones más ambiciosas como la de lograr un cambio positivo en gran escala, deberían beneficiar no sólo a los operadores inmediatos, sino también a la comunidad en general. Por ello, la búsqueda de colaboraciones externas con quienes comparten valores similares puede cosechar importantes recompensas.
Compartir las buenas prácticas y conectar con organizaciones académicas y/o científicas locales o regionales, por ejemplo, es una forma eficaz y eficiente de empezar a establecer estrategias y generar datos, que pueden ayudar a medir y evaluar el ritmo de los progresos. La contratación de proveedores locales para satisfacer las necesidades de las embarcaciones y los operadores impulsa la economía local, puede ayudar a proteger las empresas locales y reducir el impacto ambiental.
A nivel interno, es útil asegurarse de que los nuevos miembros del personal puedan beneficiarse de un proceso de incorporación bien fundado, de modo que se sientan bienvenidos y puedan asimilar fácilmente los valores de la empresa y puedan así contribuir mejor a los proyectos del grupo.
La comunicación entre la comunidad es clave en momentos de agitación, apoyando la inclusión y la conectividad y proporcionando actualizaciones informadas y la tranquilidad inherente. Esto aumenta la confianza y la afinidad del grupo. Tal vez una de las lecciones más importantes de la actual pandemia mundial es que la cooperación y la comunicación juiciosa desempeñan un papel esencial en la promoción del bienestar colectivo y un medio ambiente seguro.
Sin embargo, la gestión de una comunidad está lejos de ser un desafío fácil y los inevitables conflictos surgirán y se debe permitir que sigan su curso. Sin embargo, una vez que se haya establecido, el organismo de navegación será el primero en apreciar los efectos.