Los puertos deportivos bien diseñados y mantenidos pueden añadir un valor significativo a las zonas costeras, pero una visión a largo plazo debe incorporar muchos factores clave. La definición de "valor" puede considerarse no sólo en términos de riqueza económica a corto plazo, sino también el papel que desempeña el puerto deportivo visto en términos tradicionales de sostenibilidad: como parte de un proceso que beneficia a su sociedad en general, mejorando su calidad de vida y estableciendo sistemas para proteger y conservar su capital natural y cultural.
El éxito de un destino náutico depende en parte de que las aguas estén limpias y sanas, lo que a su vez depende en parte de políticas que actúen para reducir los contaminantes generados por el puerto deportivo y sus usuarios. El material informativo y los programas educativos preparados de manera atractiva sirven para asegurar que el personal, los residentes y los navegantes sean conscientes de las ubicaciones y características de las zonas sensibles cercanas y de cómo las prácticas más conscientes e informadas pueden mitigar el impacto ambiental.
La elaboración de una estrategia sostenible es ahora una realidad ineludible para los operadores de puertos deportivos y debería convertirse en parte integrante de una marca auténtica, basada en las características de un lugar, en el reconocimiento y el respeto de sus cualidades naturales, su integridad cultural y su idiosincrasia, y en un vivo deseo de contribuir activamente a una mejor comprensión, utilización y administración de sus recursos naturales.