El patrimonio cultural desde el mar: un turismo respetuoso

El patrimonio cultural desde el mar: un turismo respetuoso

El patrimonio natural y cultural de Arrecife, desde la perspectiva del mar

Recientemente tuve el placer de poner en contacto a un grupo de estudiantes suecos de biología marina con un maravilloso proyecto del Club de Piragüismo Los Marlines, en Arrecife, Lanzarote. El proyecto tiene entre sus objetivos dar a conocer a los ciudadanos locales su patrimonio cultural y natural desde una perspectiva marítima, a través de visitas guiadas en kayak por la "Marina de Arrecife". Se trata de una atractiva franja de agua frente a la ciudad, protegida por arrecifes volcánicos, que crea un puerto natural y alberga una rica y fascinante biodiversidad marina.

Los estudiantes estuvieron atracados en la cercana Marina Lanzarote a bordo del T/S Älva, una impresionante goleta de 1939 y su escuela durante el viaje. En anteriores visitas anuales, habíamos tenido la suerte de recibir una invitación del ayuntamiento de Arrecife para estudiar la zona intermareal cercana. Guiados por un experto local, habíamos aprovechado una marea de primavera temprana para explorar la extraordinaria vida marina que reside en este cráter volcánico. Allí, los charquitos cobraron vida con una explosión de color y forma a través de esponjas, estrellas, vacas de mar, babosas, huevos e incluso hasta un tiburón ángel juvenil.

Tras una charla de seguridad, el grupo se enteró de que el Charco San Ginés se formó a partir de un cráter volcánico poco profundo que se abre al mar, donde una serie de pequeños islotes están ahora conectados por puentes y espigones. Al haberse reducido considerablemente el flujo de agua de mar hacia la laguna, una de las consecuencias ha sido un mayor contenido de nutrientes y la disminución de los niveles de oxígeno. Una de las primeras curiosidades del viaje fueron las famosas bolas de Valonia: mini ecosistemas formados por varias especies de algas, junto con gusanos, esponjas y crustáceos, que aparentemente se agrupan en lo que se cree es un ejemplo de un método propio de la naturaleza para combatir la eutrofización del agua.

Remando frente a la ciudad, pudimos recorrer la historia de Arrecife, de puerto a capital, a través de sus elementos más emblemáticos, como el Puente de las Bolas, el Castillo de San Gabriel, el Muelle de la Cebolla y la Fábrica de las Conservas, una historia de comercio con los barcos visitantes (orchilla, barrilla, cochinilla, cebollas), la colonización y el auge y caída de la pesca y la industria conservera de sardinas, donde Arrecife fue en su día la sede de una de las mayores flotas pesqueras de sardinas de Europa. Se habló del visionario local César Manrique, impulsor de lo que hoy se conoce como turismo sostenible y cuyos frescos restaurados pueden verse gratuitamente en el edificio del paseo marítimo que fue originalmente el primer hotel de la isla. Una parada frente al Islote de la Fermina brindó la oportunidad de hablar del papel clave de las mujeres durante este intenso periodo de desarrollo comercial de la isla.

El sustrato basáltico de esta laguna poco profunda y luminosa está lleno de huecos y grietas, lo que la convierte en un vivero ideal para las especies juveniles. Otra de las características naturales más relevantes de la zona es la presencia de dos especies protegidas de hierbas marinas (Zostera noltei y Cymodocea nodosa). Un tema pertinente en términos de secuestro de carbono, los estudiantes eran plenamente conscientes de los múltiples beneficios adicionales de estas plantas, desde la mitigación de la erosión del lecho marino hasta la provisión de alimento y protección a la fauna marina.

Nos tomamos un momento para observar a las aves marinas y discutimos la importancia de la zona para la anidación de las aves migratorias, reflexionando brevemente sobre las medidas para asegurar que los nidos no sean perturbados. Luego pasamos por una zona de boyas donde un proyecto de la Universidad de Las Palmas implica la plantación de seba en un intento de estimular el rebrote.

José María García, presidente del club, compartió las razones que motivaron al club a crear el proyecto:

“Desde los Marlines, estamos encantados de poder ser quienes den a conocer y enseñar nuestra "casa", ya que pasamos muchas horas en la Marina de Arrecife y la valoramos mucho. Es una pena que se desconozca tanto y se aprecie tan poco el gran tesoro que tenemos en nuestra isla. Estamos muy agradecidos de que los estudiantes del T/S Älva vinieran a disfrutar de las Rutas y que se llevaran otra visión de Arrecife, ya que creemos que gana mucho viéndola desde el mar. Uno de los objetivos del Proyecto es dar a conocer toda esta información, empezando por el público local (incluso internamente con los socios del club), pero también llegando a todo el público no local. Desde el Club intentamos que el respeto y el cariño hacia nuestro pequeño tesoro llegue desde el conocimiento, ya que creemos que si se desconoce lo que tenemos no se puede apreciar ni valorar.”

Este fue un ejemplo perfecto de un turismo que promueve el aprendizaje, la colaboración, el respeto por el lugar y la cultura y, sobre todo, la conexión con la naturaleza. Palear suavemente bajo el calor del sol en un espacio histórico rodeado de vida marina, junto a un grupo de personas cuyo disfrute es evidente; sin duda, esto es lo que debería ser el turismo.

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Muchas gracias a José María (Pepe) del Club de Piragüismo de Los Marlines, a Juan Carlos de MJC Ambiental, y a Rut Hernández del Ayuntamiento de Arrecife por la recomendación. 

La foto es cortesía del Club de Piragüismo Los Marlines - José Maria García.