Dr. Dominique Durand
Los océanos y las costas se enfrentan a una pérdida global de biodiversidad y un deterioro significativo de sus paisajes submarinos. Es vital proteger y conservar la salud de este capital natural local, un proveedor de valor clave para el turismo náutico.
Las marinas sirven como puertas de entrada al fascinante mundo de nuestros océanos, brindando oportunidades recreativas para navegantes y aficionados por igual. Sin embargo, es crucial que los gestores de marinas reconozcan y aborden los posibles impactos negativos que las actividades náuticas pueden tener en la biodiversidad marina, al tiempo que creen conciencia sobre la importancia de la gestión ambiental y el valor de la colaboración con partes interesadas locales y expertos científicos.
Las actividades náuticas pueden dañar involuntariamente los ecosistemas marinos. Los impactos negativos ocasionales incluyen la degradación del hábitat, la contaminación del agua y la perturbación de la fauna silvestre. Para mitigar y restaurar eficazmente los daños causados es importante conocer a fondo estos impactos. Al reconocer la naturaleza, la fuente y la relevancia de estos impactos, se pueden tomar medidas proactivas para minimizar su huella en el medio ambiente.
La importancia de la colaboración con partes interesadas locales y expertos científicos no se puede exagerar. La colaboración con estos agentes clave permite a las marinas acceder a conocimientos, experiencia y recursos valiosos para las prácticas sostenibles. Las partes interesadas locales, como instituciones de investigación y grupos de conservación, pueden aportar información sobre las características ecológicas únicas de la zona y ofrecer orientación sobre iniciativas de conservación. Los expertos científicos, incluidos biólogos marinos y ecologistas, poseen conocimientos especializados que pueden ayudar a cuantificar los impactos de las actividades náuticas y formular estrategias efectivas de mitigación. Estos expertos tienen los medios necesarios para llevar a cabo evaluaciones ambientales, monitorear la biodiversidad y recomendar mejores prácticas para la gestión sostenible de marinas. Al trabajar juntos, sus gestores pueden aprovechar una gran cantidad de experiencia y garantizar que sus acciones estén respaldadas por las últimas investigaciones científicas.
Casos de éxito
Estas iniciativas no solo mejoran la biodiversidad, sino que además atraen a buceadores y practicantes de snorkel, impulsando el turismo local y la economía. También brindan oportunidades para que las marinas apoyen a las autoridades locales y los equipos de salvamento en la prestación de consejos a los bañistas.
Del mismo modo, las marinas pueden desempeñar un papel importante en la detección de sucesos y problemas ambientales (ver artículo sobre Ciencia ciudadana). Si se observa fauna herida en o cerca de la marina, sería ideal estar al corriente e informar a las organizaciones locales de rescate de fauna silvestre o expertos científicos, quienes pueden prestar asistencia inmediata y minimizar daños mayores. Otros ejemplos son las floraciones de algas nocivas (FAN) o la proliferación de medusas, que pueden causar un daño significativo a la vida marina y suponer riesgos para la salud humana. Algunas iniciativas existentes incluyen:
En colaboración con científicos y expertos en medio ambiente, las marinas podrían establecer protocolos específicos para identificar, monitorear e informar rápidamente sobre la presencia de floraciones de algas nocivas y/o medusas. Estas iniciativas se beneficiarían enormemente de la participación activa de las marinas en el monitoreo y comprensión de la dinámica de las floraciones de algas nocivas y las poblaciones de medusas, fomentando un mayor compromiso público y una mayor conciencia medioambiental.
La gestión ambiental es importante para los gestores de marinas y los navegantes para salvaguardar la biodiversidad marina. Al reconocer la naturaleza y la fuente de los impactos negativos relacionados con la navegación, colaborar con las partes interesadas locales y los expertos científicos, e implementar acciones restaurativas, las marinas pueden convertirse en defensoras de prácticas sostenibles, asegurando un ecosistema marino vibrante y próspero para las generaciones futuras.